Diseñada para una pareja joven y sus tres hijos, el programa requería una casa grande. Ubicada en una terreno ajeno a las vistas de la calle, la casa vuelca su mirada hacia el interior. Los límites entre la casa y el jardín se vuelven ambiguous. La integración visual de un extremo al otro del terreno, el patio y los espacios abiertos, dan la sensación de vivir en un jardín.
La forma y la ubicación de la casa responden a la forma y orientación del terreno. Los estrictos parámetros de la urbanización solo permitieron construir una altura máxima de 3 metros desde el punto más alto del lote: la vereda de la calle.
El programa requirió que parte de la casa estuviera en un sótano. Levantada ligeramente del terreno, la casa levita, permitiendo que el programa ubicado abajo ascienda ligeramente proporcionándole apoyo. Un patio horadado aporta luz y vistas al conjunto.